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lunes, 18 de junio de 2012

Octava del Corpus 2012

Ayer se celebró en muchos lugares la Octava del Corpus. Esta festividad, que prolonga estos determinados días la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, fue promovida en la baja Edad Media con el fin de aumentar el culto a la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía. En España son incontables los pueblos y ciudades en los que estas celebraciones gozan de gran renombre.

Aquí, en el nuestro, perdidos desgraciadamente esplendores pasados, se mantiene cierto arraigo popular tanto al día del Corpus como a su Octava. Hablando de ella, una de las señas locales de identidad más definitoria es que la misma discurría por las calles de nuestro inigualable barrio de la Villa. Sus estrechas calles alfombradas de juncia, engalanadas con las mejores macetas de cada patio, vestidos sus balcones y ventanas con elegantes galas, eran el simpar escenario sobre el que la presencia real de Jesús es fervientemente mostrada como la Verdad, el Camino y la Vida.

Otra seña de identidad, igual que en el Corpus, era la instalación de altares. Normalmente, un grupo de vecinas escogían cualquier bello rincón cercano a sus casas, lo adornaban con encanto y sencillez y aguardaban a que Nuestro Señor Sacramentado descansara en él  y las bendijera. Sin lugar a dudas, para los vecinos de la Villa era todo un acontecimiento, y os hablo con conocimiento de causa. Tan genuinas prácticas fueron paulatinamente cayendo en desuso, bien por la avanzada edad de muchas de sus promotoras, bien por el escaso interés de las nuevas generaciones.

Desde hace tres años, un grupo de jóvenes hermanos de nuestra Venerable Cofradía y Hermandad, costaleros en su inmensa mayoría, están trabajando para impulsar esta costumbre. A tal fin se preocupan de instalar el de su Hermandad, el de la nuestra, el altar de la Vera Cruz. Años anteriores lo han situado en la calle Concepción el mismo día del Corpus Christi. En este a.D. de 2012 han cambiado. Han escogido la Octava  y un bello lugar para situarlo, al final de la calle Estrella y principio de la calle de la Vera Cruz. El resultado lo podéis apreciar en las siguientes imágenes.

 















Como se puede perfectamente apreciar, nuestros jóvenes hermanos han situado en el altar la antigua Imagen de Nuestro Padre Jesús en la Oración del Huerto con su pequeño Ángel anunciador, que como sabéis recibe culto desde 1994 en la Iglesia de Madre de Dios. Así pues, desde aquí, sólo nos queda felicitar a quienes corresponda por tan magnífica idea y tan magnífico resultado. Nuestra más sincera enhorabuena a todos los que seguís trabajando, en particular por nuestra Hermandad y, en general,  por conservar las tradiciones de nuestro pueblo.

P.S. Cuando antes he citado como autores del altar a un grupo joven de nuestra Hermandad compuesto en su inmensa mayoría por costaleros, me estaba refiriendo precisamente a eso, a un grupo de jóvenes cruceros de ambos sexos que buscan la Gloria de Dios a través del costal, como otros la buscan, supongo, por otros medios. Digo esto porque de todos los que, hasta en las redes sociales, se dedican a insultar a este determinado grupo de personas tildándolos de despectiva manera, no vi en el día de ayer a ninguno que echara una mano en el montaje del altar, como no los veo tras la barra del Cuartelillo, ni tras la del Certamen de Bandas, ni tras la de la Cata de Cervezas, ni montando los pasos en la semana de Pasión, ni guardándolos el Sábado Gloria, ni en el trabajo diario de la Cofradía, ni en los Quinarios, ni en los Encuentros Diocesanos, ni... Eso sí, luego no tienen ningún reparo en hablar de antiquísimas tradiciones, de daños irreparables, de que antes soy capaz de quedarme cojo, de lagrimitas y de devociones, de Sevilla, de Triana y del sursum corda... Ni caso, oiga, que aquí está el tajo, que ya duelen los dedos de escribirlo,  que el movimiento, andando...


Las fotos nos han sido remitidadas por Juan F. Navajas, Paqui Millán y José M. Viudez

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