Llevas razón michelna, porque hay que ver qué gran artista y humanista se están perdiendo, un poner, las tertulias cofrades. Él solito es capaz de llenar un ciclo de esos y le hace falta Cuaresma. Ya lo estoy viendo: un día, economía cofrade de combate aplicada a los tiempos de crisis, otro, cantes autóctonos con demostraciones prácticas de los diversos estilos y en los más diversos tonos, el de más allá, Lorenzo Bernini, el arquitecto de Dios.
Nada digo de una demostración sobre el terreno de cómo apreciar, sin mirarla, el grado de suciedad de la ropa de los romanos; menos aún de los metros necesarios para la confección de una túnica y su verduguillo a juego. Ex cathedra sería ya una charla sobre los gramos necesarios para que el perfecto bocadillo no se vuelva ahogadizo y a la vez calme el hambre sin que los posibles excesos puedan repercutir negativamente en la siempre maltrecha economía de la Hermandad... ¡¡Cuántas materias dominadas por tan prodigiosa mente!! ¡¡Cuánto saber concentrado en la misma persona!! Vamos, que si de mi dependiera no lo dejaba escapar. Ahora bien, vosotros veréis, que os vayáis a creer que servidor es su agente, o su representante ni algo que se le parezca. Es simple admiración.
Llevas razón michelna, porque hay que ver qué gran artista y humanista se están perdiendo, un poner, las tertulias cofrades. Él solito es capaz de llenar un ciclo de esos y le hace falta Cuaresma. Ya lo estoy viendo: un día, economía cofrade de combate aplicada a los tiempos de crisis, otro, cantes autóctonos con demostraciones prácticas de los diversos estilos y en los más diversos tonos, el de más allá, Lorenzo Bernini, el arquitecto de Dios.
ResponderEliminarNada digo de una demostración sobre el terreno de cómo apreciar, sin mirarla, el grado de suciedad de la ropa de los romanos; menos aún de los metros necesarios para la confección de una túnica y su verduguillo a juego. Ex cathedra sería ya una charla sobre los gramos necesarios para que el perfecto bocadillo no se vuelva ahogadizo y a la vez calme el hambre sin que los posibles excesos puedan repercutir negativamente en la siempre maltrecha economía de la Hermandad... ¡¡Cuántas materias dominadas por tan prodigiosa mente!! ¡¡Cuánto saber concentrado en la misma persona!! Vamos, que si de mi dependiera no lo dejaba escapar. Ahora bien, vosotros veréis, que os vayáis a creer que servidor es su agente, o su representante ni algo que se le parezca. Es simple admiración.