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miércoles, 26 de octubre de 2011

Algunas precisiones y una propuesta

El otro día, con el impacto que me produjo la noticia sobre el posible embargo de una hermandad y la orden de busca y captura emitida contra su Hermano Mayor y demás miembros de su Junta de Gobierno, ya no expliqué suficientemente a qué partidas presupuestarias de la construcción del nuevo paso corresponden alguno de los soportes contables -vulgo facturas, o más vulgo todavía, notas de entrega, papelillos varios y demás reliquias del S. XX- que fueron publicados. Para terminar de completar el cuadro, mucho más creció mi desasosiego tras recibir una llamada y algún que otro correo electrónico requiriéndome varias cosas. Por un lado, una mayor precisión en las coordenadas de la noticia, ya que según mi interlocutor, tras horas de navegación, no había conseguido encontrarla. Por otra, una más concreta explicación sobre alguno de los esclarecedores documentos que se pusieron a disposición de los incrédulos que todavía no son conscientes que esta Hermandad, del paso de la Vera Cruz estrenado en 1974, no debe ni un duro, nada, rien de rien.

Así que vayamos por partes. En cuanto a la fuente de la noticia debo comunicar a mi estimado bloguero que, sintiéndolo mucho, no puedo desvelarla. Dónde se ha visto tal cosa. Sólo puedo, y debo, animarlo para que siga buscándola que existir, existe. Tanto es así que ya puedo avanzar algo más sobre el aciago tema. Según recoge una agencia de noticias, fuentes de la investigación han revelado que el irresponsable Hermano Mayor fue detectado por última vez en un pueblo de Guadalajara, donde, según parece, inició algunas gestiones para la realización de varias imágenes y enseres. Digo yo, que hay que ver, con la que tiene encima esta criatura y que no escarmienta. Pero hombre, para ya y ríndete, que esto no es luchar por tu hermandad, que esto ya parece puro vicio. ¡Qué gachón!

En cuanto a lo de los documentos, la solución es mucho menos comprometida. Vamos con ella. El primero corresponde al pago del husillo de una cosechadora vieja que se acopló a un cilindro de madera en el que descansaba la Vera Cruz. Accionando el ya descrito invento, la Santa Cruz subía y bajaba sobre el paso, consiguiendo salir del templo sin dejarse el adorno que la corona en el dintel de la puerta. Como ya quedó explicado, la compra se realizó en la chatarrería que, en la calle El Arco, regentaba don Juan Pinillos Alba.

Impreciso el concepto expresado en el segundo documento, ya que no es reparación –ni que fuera un coche- lo que se le hizo a la Santa Vera Cruz, sino restauración, precisa y necesaria, pero restauración. Unas varillas de tetracero coarrugado soldadas entre sí a modo de marco sujetaron firmemente la vieja estructura de madera. Buen trabajo el realizado en el taller de "Los Carros" por don Domingo Molina Muñoz. Fijaros si fue bueno que, con su purpurina y todo, ha llegado sin mayor contratiempo hasta nuestros días.

En cuanto al tercer y cuarto documento, como ya quedó reseñado, corresponden a la compra y construcción de las diversas partes metálicas de las andas, dirección, acoples, amortiguación… Cualquier día a ver si alguien nos cuenta cómo se consiguieron las ruedas.

Por lo que respecta a los documentos sexto y séptimo, decir que el primero de ellos refleja la compra a Tejidos Bravo y Villatoro del terciopelo, verde por supuesto, de las enagüillas -gualdrapa le dicen ahora los muchachos- del paso. El segundo -mantas y lanilla-, de Tejidos “El Barato”, proveedor mítico de esta Hermandad donde los haya, recoge la adquisición de elementos que salvaguardaran la reluciente canastilla. Todavía quedan algunos restos de aquellas mantas por nuestra Casa Hermandad.

He dejado a conciencia para el final el documento publicado en quinto lugar. Es una factura del establecimiento de don Antonio García de Dios Cordobés, a cuyo frente estuvo durante muchos años don Nicolás Herrera, que lo mismo vendía colonia a granel, que unas gafas de vista, que el kit completo del soldado, que, como en esta ocasión, unas puntas. Sí, sí, unas puntas, porque la Hermandad de la Vera Cruz, en algunas ocasiones ha comprado puntas nuevas, desmontando con ello, aquí tenéis una prueba, aquella vieja leyenda urbana de tantos enderezadores de puntas que aprendieron pronto de los tahures vendedores de humo.

Por cierto, para terminar, hablando de puntas y de humo. Qué os parece si por parte de la Hermandad se encargaran unas camisetas, o sudaderas, a las que se les grabara la bonita frase de: “Yo también enderecé puntas con Juan Vicente”, las cuales podrían venderse a un módico precio con su correspondiente tifus. Digo esto porque como somos unos cuantos cientos los que afirmamos haber realizado tan prestigiosa misión, el negocio será redondo. Además, se me está ocurriendo que un pequeño suplemento en el precio de la camiseta daría derecho a contar también tu propia historia ante, al menos, diez hermanos del Turno de Mayores, seis de Luz, cuatro romanos y tres costaleros.

No me digáis el prestigio cofrade que se podría conseguir contando aquello de: “…tendría yo dos años cuando una tarde me fui para “El Arca”. En cuanto me vio llegar Juan Vicente me pidió que le ayudara y acto seguido me dio un martillo viejo y una lata llena de puntas dobladas y mohosas que había que enderezar… Cien martillazos después y con un dedo hecho puré, le hicimos la operación al Huerto y limpiamos los cirios del Miércoles y”…Qué bonito quedaría todo con tu camiseta puesta y con la gente aplaudiéndote a rabiar- ovación asegurada e incluida en el suplemento-. ¡¡Ahhhhhh, qué emocionante!! Os vuelvo a dejar la factura de las puntas por si no habíais reparado en el concepto. También una ampliación para cortos de vista. Hasta más ver.



3 comentarios:

  1. Aquí uno que se une a la propuesta, yo quiero también una camiseta, aunque temporalmente me fué imposible realizar esa acción junto con este gran hermano de la cofradía, dicen los mayores del lugar, que sí andaba por allí correteando, haciendo trastás, y de vez en cuando haciendo algún que otro recado. Hasta algunos chascarrillos salieron, pero eso lo dejaremos para otro día.

    Así que aunque no enderezase puntas, sí que andaba por allí dando la lata, lo cual creo que me da derecho a una camiseta......., me admiten pues ustedes en tal selecto club¿?¿

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  2. Ya empezamos con: "tal selecto club", "me admiten". Bueno esperemos que esta vez se consolide, pues algunos ya no se acuerdan de la MERITOCRÁTICA, fundada por un grupo humilde y selecto, con un afán de trabajo nunca antes visto en esta Hermandad, y que en dos días parece haber pasado a la Historia. Jajajajajaja.........

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  3. Coincido con Michelna en casi todo. No se trata de crear clubes selectos ni nada que se le parezca, sino en reconocer méritos cofrades acumulados en los "años de plomo" de nuestra hermandad. Si además ganamos unos leuros centauros que alivien nuestra más que maltrecha economía, hasta nuestro tesorero sería capaz de aplaudir la iniciativa. Igual hasta encarga las camisetas.

    Lo que no coincido con Michelna es en lo de que la Meritocrática fue fundada por un grupo humilde -aquí sí- y ¿selecto? Menos mal que no ha puesto ilustre, porque si no era para salir corriendo.

    Por cierto, el que sabe de todo esto afirma que los enderezadores de puntas dejaron de acumular méritos, aproximadamente, a partir de 1980. Antes sí. Desde ese año, cada vez menos, quedando reducido el citado enderezamiento a una práctica cofrade testimonial, rayana cuasi en el mundo de la leyenda urbana y la entrañable tradición. Lo que nadie se explica es de dónde ha salido la ingente cantidad de posteriores adeptos que afirman haber realizado tan popular tarea.

    Lo que sí podemos dar por seguro es que si la propuesta contara con una receptividad suficiente, a quien habría que nombrar presidente de los enderezadores de puntas es a nuestro hermano Rafael Mª Navajas Navajas, quien, según hemos podido recabar, adquirió una inigualable pericia en el comentado arte a tenor de lo que comentan sus contemporáneos. A ello particularmente me sumo. No hay más que ver el genial invento que hace dos Sábados Gloria acopló en el postiguillo de la puerta de la Casa Hermandad para facilitar la apertura interior del mismo. Lástima que el de este año, expuesto mientras veía Ben-Hur (nunca mejor dicho veía porque a la tele se le había roto el audio y no se escuchaba un pimiento), duerma el sueño de los justos. La puerta de madera del patio tendrá que esperar algún tiempo más hasta poder jubilarse. ¡¡Porca miseria!!

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