He aquí una pequeña muestra de esta Peña, tildada así no se porque, y que ahí la podemos ver prestandose a todo lo que es requerida por su hermandad, pinchando flores, montando pasos, poniendo flores, incluso limpiando cascos aunque a algunos se les olvide, y por supuesto, con su tradicional perol de huevos fritos con chorizo, y patatas, y lo que el cocinero le quiera añadir, cada Martes Santo.
Todas las fotos me han hecho recordar la canción de Presuntos Implicados que se llama “Como hemos cambiado”, pero creo que solo en lo físico, pues en ganas de trabajar por la Hermandad, este grupo de jóvenes, si para algo ha cambiado es para echarle más narices, -aquí habría empleado otro término, que me reservo-. Además, esta entrada tiene el honor de manifestar a dos personas, dos grandes hombres, además de aquellos otros que desgraciadamente hoy no nos acompañan en la tierra, pues desde el cielo siguen velando por todos “los muchachos”. Mi admiración para los “personajes” que aparecen inundando con su gran humanidad en la quinta de las fotografías. Animo, chavales, seguir demostrando por qué esta Hermandad funciona.
Propongo al administrador del blog que separe las fotos donde aparecen nuestros queridos Pepe Merino y Dionisio Madero y sean incluídas con un etiquetado especial de viejas glorias. Así los chavales podrían conocer quiénes mantuvieron la llama encendida en tiempos peores y con bastantes menos medios. Un fuerte abrazo para ellos desde aquí.
Esas fotos son de ese mismo Martes Santo, del perol de la peña de la Lima, quizás sino el primero de los primeros, que tuvimos el honor de poder compartir con esas dos grandes personas, amigos y cofrades. Ellos quisieron tomarse con nosotros su chato de vino, y nosotros encantadísimos de que estuviesen allí, dandonos lecciones de hdad. una vez más.
La Primera siempre fuente de vida cofrade, y como no, que mejor manera de aprender de los antiguos, que con medios escasos pero con ilusión desorbitada supieron transmitir a las generaciones venideras el sentir de una HERMANDAD.
que decir de la peña la lima.jovenes que siguen disfrutando de cada uno de los momentos de hermandad dentro de nuestra cofradía.comenzamos con dulces o magdalenas y ya tenemos nuestro perol cada año. espero seguir disfrutando de cada año de mi vida de este mundo de la semana santa
He aquí una pequeña muestra de esta Peña, tildada así no se porque, y que ahí la podemos ver prestandose a todo lo que es requerida por su hermandad, pinchando flores, montando pasos, poniendo flores, incluso limpiando cascos aunque a algunos se les olvide, y por supuesto, con su tradicional perol de huevos fritos con chorizo, y patatas, y lo que el cocinero le quiera añadir, cada Martes Santo.
ResponderEliminarTodas las fotos me han hecho recordar la canción de Presuntos Implicados que se llama “Como hemos cambiado”, pero creo que solo en lo físico, pues en ganas de trabajar por la Hermandad, este grupo de jóvenes, si para algo ha cambiado es para echarle más narices, -aquí habría empleado otro término, que me reservo-.
ResponderEliminarAdemás, esta entrada tiene el honor de manifestar a dos personas, dos grandes hombres, además de aquellos otros que desgraciadamente hoy no nos acompañan en la tierra, pues desde el cielo siguen velando por todos “los muchachos”. Mi admiración para los “personajes” que aparecen inundando con su gran humanidad en la quinta de las fotografías.
Animo, chavales, seguir demostrando por qué esta Hermandad funciona.
Propongo al administrador del blog que separe las fotos donde aparecen nuestros queridos Pepe Merino y Dionisio Madero y sean incluídas con un etiquetado especial de viejas glorias. Así los chavales podrían conocer quiénes mantuvieron la llama encendida en tiempos peores y con bastantes menos medios. Un fuerte abrazo para ellos desde aquí.
ResponderEliminarEsas fotos son de ese mismo Martes Santo, del perol de la peña de la Lima, quizás sino el primero de los primeros, que tuvimos el honor de poder compartir con esas dos grandes personas, amigos y cofrades. Ellos quisieron tomarse con nosotros su chato de vino, y nosotros encantadísimos de que estuviesen allí, dandonos lecciones de hdad. una vez más.
ResponderEliminarLa Primera siempre fuente de vida cofrade, y como no, que mejor manera de aprender de los antiguos, que con medios escasos pero con ilusión desorbitada supieron transmitir a las generaciones venideras el sentir de una HERMANDAD.
ResponderEliminarque decir de la peña la lima.jovenes que siguen disfrutando de cada uno de los momentos de hermandad dentro de nuestra cofradía.comenzamos con dulces o magdalenas y ya tenemos nuestro perol cada año.
ResponderEliminarespero seguir disfrutando de cada año de mi vida de este mundo de la semana santa