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martes, 10 de julio de 2012

Las siete diferencias

Entre los diarios sobresaltos producidos por la imparable subida de la prima de riesgo, entre los jardines encharcados en los que sin necesidad me meto, entre los profusamente embarrados que a la fuerza me meten y entre los mil y un asuntos de menor enjundia e importancia con los que siempre vienen cargados los días, tengo este humilde espacio crucero completamente abandonado. Para colmo, y por más llamamientos que hago, no hay ningún alma caritativa que sea capaz de coger unas pocas fotos, escribir unas cuantas líneas y compartirlas con todos los que quieran verlas y leerlas. Qué le vamos a hacer. Seguir en el tajo, qué remedio.

Menos mal que siempre hay alguien que me sigue teniendo en sus oraciones. Tal es el caso de un amigo que esta pasada semana me envió la curiosa imagen que vamos hoy a compartir. Según parece, es copia de otra que tiene una más que peculiar historia, casi novelesca, de ésas que salen en las películas y en algunos libros pseudo históricos de éxito en los que, viene a pelo, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.  Si cualquier día se atreve, él mismo podría contarla aquí para conocimiento de todos.

El paso del tiempo ha popularizado esta imagen y, como tenéis ocasión de comprobar, somos infinidad los castreños que ya la conocemos, que la tenemos colgada en nuestras casas y que, incluso, la hemos reproducido por diversos medios técnicos y artísticos. Como supongo ya habréis imaginado, estoy hablando de otra más de las copias de la famosa acuarela de Pier María Baldi. Recordaros que este artista pertenecía al séquito de Cosme III de Médici, heredero del Gran Ducado de Toscana, que en la segunda mitad del S. XVII (1668-1669) estuvo realizando un viaje por España y Portugal. Baldi fue pintando panorámicas de todas las ciudades y pueblos en los que la comitiva se fue deteniendo, siendo Castro del Río uno de los lugares que afortunadamente quedaron inmortalizados.




P.S. He tenido que formatear ambas imágenes para que tuvieran un tamaño acorde al blog. Os puedo asegurar que la copia tiene un tamaño casi exacto al original.

P.S.2 A pesar de la curiosa perspectiva empleada, y para no perdernos, indicar que, apróximadamente, el puente marca el eje Norte-Sur, siendo transversal a él, por pura lógica, el eje Este-Oeste. Por tanto, y si el sistema nos permitiera ampliar las imágenes, podríamos apreciar cómo aparecen algunos edificios de los que hemos hablado estos últimos días, como el Convento de Santo Domingo de Scala-Coeli extramuros de la Villa. Del mismo modo, hacia el poniente -izquierda de las imágenes- se aprecia, a lo lejos y en un segundo plano, otro emblemático edificio, el convento de Carmelitas Calzados, ligado históricamente a nuestra querida Institución. Se ven más cosas, así que os dejo que las descubráis y las analicéis. La puerta, las torres, el campanario, los molinos, los sotos... Y si además las comentáis, miel sobre hojuelas.

P.S.3 Esta misma semana comienzo mis vacaciones, así que, si tengo ganas y cobertura, intentaré publicar las distintas partes que más nos puedan interesar del manuscrito de Sánchez de Feria, ejemplar que, hace ya algunas fechas, nos hizo llegar para su difusión nuestro colaborador S.S.Q.B.S.M . En caso contrario será en Agosto, o en Septiembre, o...

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