Comenta nuestro pájaro perdiz mi total ausencia por estos lugares. Es verdad, ya ni escribo, ni comento, ni aparezco, ni nada de nada… No deja de llevar razón. En primer lugar porque no ha sido una Cuaresma al uso en ninguno de los sentidos. Mucha lluvia, la rutina del trabajo solapando días y la obligación ineludible como espada de Damocles buscando tenazmente mi cabeza. La antítesis de la gozosa aspiración que sueña con la llegada de los viernes, con las noches de tertulia salpicadas por el comentario jocoso, por el retrato desenfadado, por el matiz donde encumbrar virtudes y despeñar torpezas. La contradicción que se adueña del ambiente y no puede evitar de ningún modo que el tiempo se escape como agua entre las manos.
Y es que, de un tiempo a esta parte, nada parece normal, cotidiano, casi tradicional. No sé cómo explicarlo pero tengo la sensación de que esto huele, querido Paco, a fin de ciclo, a partido agotado, a tiempo donde hacer balance y mirar de soslayo por el despeñadero de los años. Porque hay cosas que fueron, que se hicieron, que se crearon, que han ido quedándose en el camino como tantos que fuimos, que, cada vez menos, somos, que no sé si seguiremos siendo. Esto huele a estampida, a cansancio, a hartazgo, a memoria compartida, a olvidada historia que sólo el empeño renacido de unos pocos se encarga cada año en sobrescribir.
Esto, querido Paco, es la nueva realidad, el nuevo tiempo, el que tanto nos esforzamos en comprender, el que tanto nos cuesta acrisolar. Esto es la nueva era que cada período que dobla menos nos pertenece, menos debemos influenciar, menos debemos regir. Baste quizás una prórroga, unos minutos añadidos, los suficientes para intentar transmitir que para que la hermandad sea también digna cofradía hace falta trabajar antes, durante y después de tan esperado hecho. Unos minutos para hacer comprender que el único camino posible es el de ayer, el de ahora, el de siempre, ése que dibuja gozos con la pintura del esfuerzo y la ilusión.
En fin, como habrás podido comprobar, todo va cambiando menos mi sempiterna “depre postsemanasantera”. Seguro que se me pasará. Para ello me quedo con un Miércoles entrañable en la Buena Muerte del Nuestro Señor, con un Jueves esplendoroso, con una vía repleta de luces indicando la ruta a seguir. Me quedo con la Cruz que siempre nos guía. Me quedo con el Señor orando en el Huerto, con el orgullo de mujer haciéndolo andar por las calles de Castro, con la satisfacción y el abrazo, el beso entre hermanos, después de tanto sufrimiento. Me quedo con el Preso, con su mirada siempre perdida y tantas veces buscada, con el buen proceder de esos corazones que lo hacen andar. Me quedo con los sones de trompetas y tambores, con lo efímero de la flor, con la cera que desaparece derretida. Me quedo con la atmósfera embriagada de incienso, con la brisa que endulza la primavera, con los ojos asombrados de un niño, con la gastada piedra iluminada que los ve entrar y salir. Me quedo, por supuesto, con María Santísima de los Dolores, con su belleza serena y sus lágrimas derramadas, con el andar de su palio, con el calor humano que se esfuerza para llevarla en pos de su Hijo. Me quedo con la amistad, con la cofradía y con la hermandad, con lo que siempre fue, con lo que es, con lo que, al menos por mi parte, siempre será. Y es que como dice nuestro juramento, si así fuere, que Dios me lo premie, si no, que me lo demande.
Nota: Como dije en la convocatoria de la Taleguilla, espero que el número de las viandas que aportemos los hermanos y "asistentes" este año sea mayor que el de año pasado (y no se derrama además el sofrito de la paella), para no tener así que recurrir a los flamenquines congelados y lagrimitas de pollo del cuartelillo.
Las depres nos están pasando mala factura, algunas ya tradicionales, otras no tanto, son momentos malos, momentos en los que la distancia con un nuevo año se ve aún muy lejana, y el cansancio arrastrado muy grande, pero hay que mirar al frente, como tantas veces habeis enseñado, hay que mirar adelante,y siempre pensar en positivo como vosotros acostumbrais. Han sido muchos los ratos de agobios, estres, y currelo, currelo del bueno antes, durante y despues de la Estación de Penitencia, y pueden llegar a cansar, y cansan. Por eso no me queda otra que agradecer a todos aquellos que tanto trabajan, luchan y se desviven porque esto este donde está, es trabajo de esos, de los que están detrás de la cortina, de los que apenas si salen en fotos (hasta que se creó el blog) o en reconocimientos varios, de verdad, de corazón, mil gracias.
Un Abrazo en Xto, y animo que la Taleguilla ya está aquí!!!
¿Así se encuentra el personal más activo, laborioso y activo de Nuestra Hermandad?
A ver si nos vamos poniendo las pilas, que esto, querido Nicolás, no solo no ha terminado, muy al contrario, hoy si cabe más, por las circunstancias que nos rodean, debemos empeñarnos en que sea el comienzo, y entroncando mi comentario con el tuyo, -el mio indidablemente no llega al nivel de poesía y dulzura con el que nos deleitas- me permito recordar que tras la pasión y muerte de Nuestro Señor, que posiblemente aliente en parte vuestras depresiones, llega la Resurreción, la alegría, el trabajo, bendito trabajo del que no podemos sino agradecer el tenerlo, máxime como se encuentra el patio, y además del ordinario, esa labor sorda, altruista, generosa y nunca bien pagada que desarrollais la buena gente como tú, Michelna, Costalero, y tantos y tantos otros que, como se ha dicho, no por estar detrás de la cortina, su labor sea tan meritoria o más que la de todos nosotros.
En fin, lo dicho, a ponerse las pilas, o mejor dicho, a recargarlas, pues nunca os han faltado, y en cuento a la velada extorsión de Michelna, le sugiero que el sofrito se prepare en lugar espacioso y poco transitado, además de que los secretos de cocina, nunca han de ser desvelados, porque no recuerdo que el personal que acudió el pasado año a nuestra taleguilla, dejara mucho del arroz que se le ofreció.
Pues nada, si no hay inconveniente, el Sábado nos echamos unas risas, unas copitas, y un memorable rato, de eso no me cabe duda.
Comenta nuestro pájaro perdiz mi total ausencia por estos lugares. Es verdad, ya ni escribo, ni comento, ni aparezco, ni nada de nada… No deja de llevar razón. En primer lugar porque no ha sido una Cuaresma al uso en ninguno de los sentidos. Mucha lluvia, la rutina del trabajo solapando días y la obligación ineludible como espada de Damocles buscando tenazmente mi cabeza. La antítesis de la gozosa aspiración que sueña con la llegada de los viernes, con las noches de tertulia salpicadas por el comentario jocoso, por el retrato desenfadado, por el matiz donde encumbrar virtudes y despeñar torpezas. La contradicción que se adueña del ambiente y no puede evitar de ningún modo que el tiempo se escape como agua entre las manos.
ResponderEliminarY es que, de un tiempo a esta parte, nada parece normal, cotidiano, casi tradicional. No sé cómo explicarlo pero tengo la sensación de que esto huele, querido Paco, a fin de ciclo, a partido agotado, a tiempo donde hacer balance y mirar de soslayo por el despeñadero de los años. Porque hay cosas que fueron, que se hicieron, que se crearon, que han ido quedándose en el camino como tantos que fuimos, que, cada vez menos, somos, que no sé si seguiremos siendo. Esto huele a estampida, a cansancio, a hartazgo, a memoria compartida, a olvidada historia que sólo el empeño renacido de unos pocos se encarga cada año en sobrescribir.
Esto, querido Paco, es la nueva realidad, el nuevo tiempo, el que tanto nos esforzamos en comprender, el que tanto nos cuesta acrisolar. Esto es la nueva era que cada período que dobla menos nos pertenece, menos debemos influenciar, menos debemos regir. Baste quizás una prórroga, unos minutos añadidos, los suficientes para intentar transmitir que para que la hermandad sea también digna cofradía hace falta trabajar antes, durante y después de tan esperado hecho. Unos minutos para hacer comprender que el único camino posible es el de ayer, el de ahora, el de siempre, ése que dibuja gozos con la pintura del esfuerzo y la ilusión.
En fin, como habrás podido comprobar, todo va cambiando menos mi sempiterna “depre postsemanasantera”. Seguro que se me pasará. Para ello me quedo con un Miércoles entrañable en la Buena Muerte del Nuestro Señor, con un Jueves esplendoroso, con una vía repleta de luces indicando la ruta a seguir. Me quedo con la Cruz que siempre nos guía. Me quedo con el Señor orando en el Huerto, con el orgullo de mujer haciéndolo andar por las calles de Castro, con la satisfacción y el abrazo, el beso entre hermanos, después de tanto sufrimiento. Me quedo con el Preso, con su mirada siempre perdida y tantas veces buscada, con el buen proceder de esos corazones que lo hacen andar. Me quedo con los sones de trompetas y tambores, con lo efímero de la flor, con la cera que desaparece derretida. Me quedo con la atmósfera embriagada de incienso, con la brisa que endulza la primavera, con los ojos asombrados de un niño, con la gastada piedra iluminada que los ve entrar y salir. Me quedo, por supuesto, con María Santísima de los Dolores, con su belleza serena y sus lágrimas derramadas, con el andar de su palio, con el calor humano que se esfuerza para llevarla en pos de su Hijo. Me quedo con la amistad, con la cofradía y con la hermandad, con lo que siempre fue, con lo que es, con lo que, al menos por mi parte, siempre será. Y es que como dice nuestro juramento, si así fuere, que Dios me lo premie, si no, que me lo demande.
Un saludo.
Nicolás, solo te ha faltado decir:
ResponderEliminar¡¡Esto está pa irse!!
Ánimo muchacho y supera pronto esa depre.
Nota: Como dije en la convocatoria de la Taleguilla, espero que el número de las viandas que aportemos los hermanos y "asistentes" este año sea mayor que el de año pasado (y no se derrama además el sofrito de la paella), para no tener así que recurrir a los flamenquines congelados y lagrimitas de pollo del cuartelillo.
No me tientes, no me tientes¡¡¡ Ya queda poco. Como dicen los muchachos: jajajajajaja
ResponderEliminarLas depres nos están pasando mala factura, algunas ya tradicionales, otras no tanto, son momentos malos, momentos en los que la distancia con un nuevo año se ve aún muy lejana, y el cansancio arrastrado muy grande, pero hay que mirar al frente, como tantas veces habeis enseñado, hay que mirar adelante,y siempre pensar en positivo como vosotros acostumbrais. Han sido muchos los ratos de agobios, estres, y currelo, currelo del bueno antes, durante y despues de la Estación de Penitencia, y pueden llegar a cansar, y cansan. Por eso no me queda otra que agradecer a todos aquellos que tanto trabajan, luchan y se desviven porque esto este donde está, es trabajo de esos, de los que están detrás de la cortina, de los que apenas si salen en fotos (hasta que se creó el blog) o en reconocimientos varios, de verdad, de corazón, mil gracias.
ResponderEliminarUn Abrazo en Xto, y animo que la Taleguilla ya está aquí!!!
Cachis.
ResponderEliminarSi lo sé, no vengo . . .
¿Así se encuentra el personal más activo, laborioso y activo de Nuestra Hermandad?
A ver si nos vamos poniendo las pilas, que esto, querido Nicolás, no solo no ha terminado, muy al contrario, hoy si cabe más, por las circunstancias que nos rodean, debemos empeñarnos en que sea el comienzo, y entroncando mi comentario con el tuyo, -el mio indidablemente no llega al nivel de poesía y dulzura con el que nos deleitas- me permito recordar que tras la pasión y muerte de Nuestro Señor, que posiblemente aliente en parte vuestras depresiones, llega la Resurreción, la alegría, el trabajo, bendito trabajo del que no podemos sino agradecer el tenerlo, máxime como se encuentra el patio, y además del ordinario, esa labor sorda, altruista, generosa y nunca bien pagada que desarrollais la buena gente como tú, Michelna, Costalero, y tantos y tantos otros que, como se ha dicho, no por estar detrás de la cortina, su labor sea tan meritoria o más que la de todos nosotros.
En fin, lo dicho, a ponerse las pilas, o mejor dicho, a recargarlas, pues nunca os han faltado, y en cuento a la velada extorsión de Michelna, le sugiero que el sofrito se prepare en lugar espacioso y poco transitado, además de que los secretos de cocina, nunca han de ser desvelados, porque no recuerdo que el personal que acudió el pasado año a nuestra taleguilla, dejara mucho del arroz que se le ofreció.
Pues nada, si no hay inconveniente, el Sábado nos echamos unas risas, unas copitas, y un memorable rato, de eso no me cabe duda.
Animo, y como siempre saludos a todos.