El año cofrade, claro, al que muchos, tradicionalmente, ya dieron por finalizado el mismo Jueves Santo a las dos horas solares, más o menos. No digáis nada, ya lo hago yo, impresionante. Aunque tranquilos, no os impacientéis, que ahí no queda eso. Hay otros que son capaces de aguantar tan exigente sacrificio un poco más y nos honran con su presencia hasta el Sábado Gloria a la hora vespertina de la cervecita. Sí, sí, creedlo, así como suena. En tan divino momento, con un impresionante y variado ramo de flores con el que recordar a una ingente cantidad de difuntos propios y extraños -por el abultado volumen de flor bajo el brazo- sin necesidad de pasar por caja y como símbolo inequívoco ante amistades, allegados e incauta vecindad de su imprescindible papel dentro de la cofradía, se van presurosos sin siquiera mirar atrás y pensando satisfechos que nada sería posible sin su altamente cualificada dedicación. Para ellos, justo es el momento de pronunciar, aunque no haya Iglesia, aquello de que, de nuevo y según los designios, todo se ha consumado. Sencillamente no tengo palabras. Bueno, una se me ocurre. Memorable.
Pero tranquilos, ¿ahí acaba todo? Qué va... Ni mucho menos.. Faltaría más... Ayer nos dimos cita los pocos que hemos conseguido mantener la lucecita encendida hasta la mismísima "Taleguilla". Y la verdad es que, a fuerza de ser sinceros, nos lo pasamos bien. No tiene el glamour de otras celebraciones, pero entre empanadillas de atún y calimocho de tinto berziano calentito y cola, muchos acabamos por concienciarnos de que lo no puede ser no puede ser y además es imposible. Lo digo por muchas cosas, pero sobre todo por la reacción orgánica al brebaje antes descrito. No lo probéis, tened consideración con vuestro estómago, antes aceptad una copa de Machaquito, triple destilación, de ésas que beben los muchachos, aunque sean las tres de la tarde.
Cuitas aparte, allí, como de todos es conocido, se repasa la cercana Semana Santa, sus más y sus menos, sus polémicas, se intercambian opiniones, fotos, promesas y hasta, primicia ayer, canciones de una señora, al parecer, bastante famosa pero que un servidor nunca había oído. Es más, que no sabía ni de su existencia. Supongo que como me quedé en los "Pecos" pues pasan estas cosas.
Como digo, y antes de abandonar la cofrade comida por una serie de exigencias inexcusables que no vienen al caso, me recriminaban algunos de los presentes el cuasi erial improductivo en que se ha convertido este espacio crucero. Y es verdad, últimamente no he tenido mucho tiempo para dedicaros. Viene al caso decir que tampoco lo habrán tenido muchos de los que nos deleitan con sus comentarios o colaboraciones, ésos que no sólo se limitan a leer y reclamar que otros escriban, sino que participan activamente. Ironía off. Es broma.
Pues bien, como soy persona de palabra, he decidido escribiros algo. Podría hacerlo sobre muchos de los temas más o menos importantes que han sido actualidad esta Semana Santa, pero tiempo habrá. Hoy me gustaría, ya que definimos compromisos, exponeros algo de suma importancia para el futuro de nuestra Hermandad. La dedicación, el esfuerzo, la obediente labor, el irrenunciable afán por hacer más grande y mejor su Cofradía de muchos de los jóvenes que aparecen en esta única foto que hoy os dejo. Son el mayor motivo de orgullo que uno, como cofrade, puede tener. No es un sueño, es una auténtica realidad. Así que, simplemente, a título personal y por la parte institucional que me toca, un millón de gracias. Que Nuestros Benditos Titulares recompensen con creces vuestra entrega.
Acabo. Una vez más, como tanto me gusta recordar, aquí está el tajo. El que quiera que hable. Vosotros a lo vuestro. Por cierto Paquito, que no imagino a ninguno de ellos aporreando puertas como un Pedro Picapiedra cualquiera. Los más mayores recordarán aquello de : "Wilmaaaaaa, abre la puertaaaaaaa... "
Pero tranquilos, ¿ahí acaba todo? Qué va... Ni mucho menos.. Faltaría más... Ayer nos dimos cita los pocos que hemos conseguido mantener la lucecita encendida hasta la mismísima "Taleguilla". Y la verdad es que, a fuerza de ser sinceros, nos lo pasamos bien. No tiene el glamour de otras celebraciones, pero entre empanadillas de atún y calimocho de tinto berziano calentito y cola, muchos acabamos por concienciarnos de que lo no puede ser no puede ser y además es imposible. Lo digo por muchas cosas, pero sobre todo por la reacción orgánica al brebaje antes descrito. No lo probéis, tened consideración con vuestro estómago, antes aceptad una copa de Machaquito, triple destilación, de ésas que beben los muchachos, aunque sean las tres de la tarde.
Cuitas aparte, allí, como de todos es conocido, se repasa la cercana Semana Santa, sus más y sus menos, sus polémicas, se intercambian opiniones, fotos, promesas y hasta, primicia ayer, canciones de una señora, al parecer, bastante famosa pero que un servidor nunca había oído. Es más, que no sabía ni de su existencia. Supongo que como me quedé en los "Pecos" pues pasan estas cosas.
Como digo, y antes de abandonar la cofrade comida por una serie de exigencias inexcusables que no vienen al caso, me recriminaban algunos de los presentes el cuasi erial improductivo en que se ha convertido este espacio crucero. Y es verdad, últimamente no he tenido mucho tiempo para dedicaros. Viene al caso decir que tampoco lo habrán tenido muchos de los que nos deleitan con sus comentarios o colaboraciones, ésos que no sólo se limitan a leer y reclamar que otros escriban, sino que participan activamente. Ironía off. Es broma.
Pues bien, como soy persona de palabra, he decidido escribiros algo. Podría hacerlo sobre muchos de los temas más o menos importantes que han sido actualidad esta Semana Santa, pero tiempo habrá. Hoy me gustaría, ya que definimos compromisos, exponeros algo de suma importancia para el futuro de nuestra Hermandad. La dedicación, el esfuerzo, la obediente labor, el irrenunciable afán por hacer más grande y mejor su Cofradía de muchos de los jóvenes que aparecen en esta única foto que hoy os dejo. Son el mayor motivo de orgullo que uno, como cofrade, puede tener. No es un sueño, es una auténtica realidad. Así que, simplemente, a título personal y por la parte institucional que me toca, un millón de gracias. Que Nuestros Benditos Titulares recompensen con creces vuestra entrega.
Acabo. Una vez más, como tanto me gusta recordar, aquí está el tajo. El que quiera que hable. Vosotros a lo vuestro. Por cierto Paquito, que no imagino a ninguno de ellos aporreando puertas como un Pedro Picapiedra cualquiera. Los más mayores recordarán aquello de : "Wilmaaaaaa, abre la puertaaaaaaa... "
Ni son todos los que están ni están todos los que son
Vade retro, Satanás
ResponderEliminarNo se acaba nada, amigo Nicolás, a pesar de que lo centres en la pasada Semana Santa.
Ya decía Heráclito de Parmenides que la vida es un auténtico fluir, y siendo la Vera Cruz, una manifestación más de la vida, sigue fluyendo, expandiéndose, pariéndose cada día, pues cada día nuevos anhelos, y tal vez por que no, también frustraciones surgen en las viejas y nuevas hornadas que componen la misma, pero eso, al menos así lo entiendo yo, no es sino indicativo de que nos encontramos ante un ser vivo, que se resiste a languidecer, y por aburrimiento, desaparecer.
Yo entro al trapo, ya que con tal sutil insinuación, no me has dejado más remedio, mira que se me pueden aplicar multitud de motes, nicks, descalificativos, sobrenombres, y alusiones variadas, pero ese apelativo usado por vuecencia, no me ha dejado otra alternativa.
Sobre la bondad del calimocho, es indudable que deja mucho que desear, al menos para estómagos ya curtidos y paladares acostumbrados a otros líquidos espiritosos, quien sabe si menos naturales que el brebaje creado al parecer por dos miembros de una cuadrilla en unas fiestas de verano en El Puente Viejo de Algorta, allá por los años setenta, y que curiosamente, traigo a colación, dado que me recuerda, y posiblemente se reproduzca dicho recuerdo en más de uno, el espíritu y afán de superación ante los inconvenientes que nos depara la vida, y es que, según una leyenda urbana, el famoso calimocho, aquí tiro de wikipedia,
“el nombre original vasco para la popular mezcla, kalimotxo, que dio origen a la castellanización calimocho, se atribuye a la cuadrilla Antzarrak, que inventó el término (y según parece también la mezcla) en las fiestas de 1972 del Puerto Viejo de Algorta (Guecho, Vizcaya, País Vasco).1 En una txosna (caseta con barra de bar) de dichas fiestas vieron que el vino comprado estaba picado y antes de tirarlo pensaron en mezclarlo con algo para no perder ese dinero. Los artífices de la mezcla fueron dos miembros de dicha cuadrilla apodados Kalimero y Motxo. La mezcla gustó y se inventó un nombre para la misma en honor a sus dos creadores.
Me limito a subrayar y poner en negrita lo que algún Hermano de nuestra Cofradía aplicaría en pos de la obtención de recursos con que atender las necesidades económicas de la Hermandad en épocas pretéritas y en la que por desgracia, muchos eran los objetivos, y pocos los recursos.
Gracias a Dios doy, de que hayas expresado muy correctamente, que en la pasada taleguilla se intercambiaron entre otras cosas, canciones de una señora, pues algún malpensado podría colegir que se intercambiaban señoras, y eso, como bien dices, lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible. Pero vamos que si me admites un consejo, tienes en el dial de cualquier radio, ya sea con FM, o sin ella, multitud de estaciones que, de vez en cuando, hasta emiten buena música, y desde luego entre ella, incluyo, aun cuando para gustos los colores, cualquier tema de ADELE, y que conste que, a pesar del nombre no es gabacha, sino súbdita de su Real Majestad la Reina de Pérfida Albión.
Como se trataba simplemente de no dejar pasar la oportunidad de contestar a vuestro requerimiento, y a la vez, dejar patente que la continuidad de la Hermandad, como tu mismo has señalado, gracias a Dios, y también a los que tú denominas “los muchachos”, está de momento más que garantizada. Por cierto, que esos muchachos, me barrunto yo que, deben de saber escribir, además de ornamentar, levantar, portar, y dirigir pasos de Semana Santa. Ale, ahí queda eso, y la rueda de las apelaciones queda abierta, como tú mismo dices en ocasiones, “quien quiera, que coja el cirio . . . “
Me despido como solía hacerlo un personaje al que estaba bastante vinculado.
Paz y bien.