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lunes, 16 de junio de 2014

Día de la Caridad 2014

Como supongo sabréis, el próximo jueves 19 de Junio se celebra la festividad del Corpus Christi. También por parte de Cáritas Diocesana de Córdoba se declara tan señalada efemérides como Día de la Caridad. En este año de Nuestro Señor de 2014, al contrario que en otros anteriores, ya hace algunas fechas que se presentó el informe social, caritativo y económico de la ingente actividad desarrollada en el último año por esta organización de la Iglesia Católica cuyo principal objetivo consiste en ayudar, paliar, socorrer, apoyar a los más débiles entre los débiles, a los más necesitados entre los necesitados, a los más marginados entre los marginados, todo ello, porque desgraciadamente hay que volver a hacerlo notar, sin distinción de sexo, raza, credo o religión. Y repito lo de desgraciadamente y lo de hacer notar porque, a pesar de tantas arbitrariedades y tantos injustos prejuicios, a pesar de tanta demagogia no ejemplar, a pesar del creciente sectarismo cada vez más irreverente e irracional, mal que les pese a tantos, Cáritas sigue siendo la única organización capaz de prestar ayuda, dentro de sus posibilidades, incondicional, rápida y eficazmente a quién así se lo requiere. Por lo tanto, nada nuevo bajo el Sol, nada que no sepamos, nada que las cifras que hoy traigo a vuestra consideración no sean capaces de corroborar por sí solas, de desmentir y de afirmar, de aclarar y de acallar, ya que, como hartos estamos de decir, el movimiento andando. 

Aquí en nuestro pueblo, afortunadamente, también tenemos delegación parroquial de Cáritas, que también hace lo posible y lo imposible por atender necesidades, por repartir esperanza, por cumplir con la gozosa misión de buscar a Dios en el prójimo más desfavorecido. Por tanto, nuestra gratitud, nuestro sincero reconocimiento a don Ignacio Sierra, a don José Gómez y a tantos y tantos voluntarios a los que no les importa seguir empleando mucho de su tiempo en tan admirable labor. Como siempre, siguen necesitando mucha ayuda de todo tipo, así que ¿a qué estamos esperando?

P.S. Ya que hablamos de números, relacionado con todo ello me he permitido también traeros hoy el informe presentado días atrás por la Conferencia Episcopal Española con respecto a su Memoria de Actividades del año 2012, ya cerrado y, en aras de la mayor transparencia, auditado externamente. No puedo hacer otra cosa que recomendar su lectura. Está lleno de argumentos que dar a conocer a tanto indigente intelectual confundido que, con respecto a estos temas, y a otros en su inmensa mayoría, no es capaz de ver más allá de la propia punta de su nariz. Para leerlo entero no tenéis más que pinchar en este enlace. Para los más perezosos, un resumen haciéndolo aquí.

jueves, 12 de junio de 2014

Tenemos una joya barroca y algunos sin saberlo

Hemos hablado en otras ocasiones de la proliferación de "alados" que últimamente acompañan a nuestros Benditos Titulares. Cuatro "rebautizados" con la Vera Cruz, dos luminarios con el Huerto y cuatro glosadores con María Santísima de los Dolores. Mención aparte, "Hugo", el ángel confortador de Nuestro Padre Jesús en la Oración del Huerto. Recuerdo que, incluso, en alguna ocasión llegamos a agruparlos por su número, valga el símil, como un auténtico equipo de fútbol, celestial por supuesto, en el que el realizado por Miguel A. González Jurado en 1991 sería el capitán.

Pero ¡ay!, cuántas veces nos flaquea la memoria y olvidamos, siga valiendo la analogía, que todo equipo necesita de un buen entrenador. Nosotros no podíamos ser menos y también lo tenemos, el más antiguo de todos, el decano de cuantos alados tienen el privilegio de estar más cerca que nadie de nuestras Sagradas y Amadísimas  Imágenes. Éste no es otro que el pequeño Ángel confortador del antiguo misterio de Nuestro Padre Jesús en la Oración del Huerto, que procesionamos hasta mitad de la década de los noventa del pasado siglo y que, en la actualidad, recibe culto en la Iglesia de Madre de Dios de esta Muy Noble y Leal Villa del Guadajoz.

sábado, 7 de junio de 2014

En buenas manos

Hará dos o tres mañanas, durante un viaje profesional, a través de los novedosos sistemas de comunicación tan a la moda, recibí la foto de un escrito. Tras leer su contenido llamé de inmediato a su remitente por teléfono. No era la mejor forma, pero sí la única a mano que me permitía enviar un virtual abrazo y desear lo mejor. Mientras hablábamos me alegré sobre manera. Por mi interlocutor en primer lugar, también por los muchos con los que, a partir de ahora, de manera indisoluble, tendrá que compartir fraternalmente triunfos y derrotas; pero sobre todo, mucho más, me alegré por la Institución, sometida de un tiempo a esta parte a bochornosas tensiones, en todo punto desconocidas hasta para los más viejos del lugar y un tanto peculiares una vez se escrutan con el necesario y reposado análisis que consigue apartar el árbol que impide ver el bosque.

Mientras dejábamos atrás los kilómetros de autovía que aún nos separaban del encuentro prefijado, recordé una anécdota de hace ya bastantes años, que muchos sé que conocéis pero que me gustaría traeros de nuevo aquí. Como digo, es de hace bastante tiempo, eso sí, de cuando ya no se enderezaban puntas en el viejo Arca, que, sin embargo, seguía siendo crisol y hervidero de jóvenes sueños e inquietudes, auténtica escuela de cofrades en su más amplio sentido del término.