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miércoles, 29 de junio de 2011

Fotos para recordar I

Año 1958

De izquierda a derecha: José Luis Fernández-Castillejo Algaba (q.e.p.d.), José Luis Fernández-Castillejo Leon, José Gómez Cantero (q.e.p.d.) y Rafael Mª Navajas Navajas (q.e.p.d.).



Año 1959
De izquierda a derecha: Manuel Sánchez (q.e.p.d.), Juan Muñoz Caravaca, Ángel Muñoz (q.e.p.d.), Bonifacio Gómez de la Rosa, José Luis Fernández-Castillejo Algaba (q.e.p.d.), José Luis Fernández-Castillejo Leon (encima del paso), Miguel Povedano Toribio (q.e.p.d.), Francisco Linares Morales (q.e.p.d.), Morales el del Juzgado (q.e.p.d.), Rafael Mª Navajas Navajas (q.e.p.d.) y José Gómez Cantero (q.e.p.d.).



Año 1962
De izquierda a derecha: Juan Urbano Navajas, Francisco Navajas Navajas, Cristobal Navajas Fuentes, Rafael Mª Navajas Navajas (q.e.p.d.), José Carlos Navajas Fuentes y Juan Navajas Navajas.



Fotos aportadas por D. José carlos Navajas Fuentes.

jueves, 23 de junio de 2011

Anécdotas lluviosas (II)

Cuenta la historia que Dicebamus hesterna die son unas palabras que fueron utilizadas por Fray Luís de León para reiniciar sus clases en la universidad de Salamanca tras casi cinco años de cautiverio en los calabozos del Santo Oficio. Acusado poco menos que de herejía, este extraordinario teólogo agustino paga con pena de cárcel la antigua e irreconciliable rivalidad entre su orden y la de los dominicos -como sabéis eran los que más mandaban en los Tribunales de la Inquisición desde los tiempos del temible Tomás de Torquemada, primer Gran Inquisidor de Castilla y Aragón en tiempos de los Reyes Católicos- así como otros supuestos pecados derivados de su predilección por trasladar originales en lengua hebrea a la ya consolidada y cada vez más pujante lengua castellana. Es lo que tiene no ser franciscano, como nosotros, humildes seguidores de San Francisco -el de Asís, que nos conocemos y no es de precoces vates de lo que estamos hablando-, dedicados siempre a otros menesteres mucho más modestos aunque no por ello menos gloriosos por gratificantes.

En fin, que me voy por los cerros de Úbeda, y como decíamos ayer o como decíamos en días pasados (variantes ambas frases de la traducción de las palabras en latín del principio), volvemos con los temas pluviales tras el paréntesis de los mofletudos alados. Además, con la que está cayendo desde hace unos días, hasta apetece. ¡¡ Ojú con la caló, hombre ya, que nos va a derretir desde las meninges terciarias hasta las falanges espiciformes!!

Así pues, seguro que muchos no sabíais que en 1985 tampoco salimos el Jueves Santo. Nada de especial. Otro año más, a no ser porque de inmediato comenzaron a circular por los mentideros unas esotéricas teorías que intentaban explicar tan preclaro y evidente castigo dirigido, decían, hacia nuestro Hermano Mayor. Ciertas o no, la verdad es que caía agua. Una cortina, densa e impenetrable, como si fuera de esparto. Caía agua a cántaros, qué digo, a cisternas, a depósitos de un millón de litros.¡¡ Echa agua ahí!! En un pequeño receso de aquel descomunal aluvión, la fiel escolta romana, ésa que como los legionarios nunca falla, recibió la orden de acompañar al involuntario protagonista hasta su domicilio particular. Llano de la Iglesia, Concepción, Santo Cristo y a partir de ahí una recreación del diluvio universal. No sabemos cómo sería el que soportó Noé, pero sí tenemos referencia directa de éste. ¡¡Madre del Amor Hermoso, cómo llovía la cuesta abajo!! Los plumeros se pusieron guachos, a los trajes sólo les faltaba un poquito de suavizante para que la colada fuera completa, y las sandalias chapoteaban al ritmo de los ahogados tambores -ploft plotoploft plotoploft ploft ploft…-. Nada digo de los cuerpos. Ni debajo de las cataratas del Niágara.

Bíblico, aquello parecía bíblico. Al llegar al citado domicilio, el remojado capitán ordenó formar en fila india a la escolta que, con un cuarto de vuelta, dio frente a la casa de nuestro hermano, el cual, saludando a los romanos uno a uno, parecía un guacharrillo recién salido del nido. Imponente y enternecedora escena. Sus acompañantes tuniqueros intentaban esbozar una mueca que semejara sonrisa mientras por la punta de la nariz se les despeñaba una cíclica gotera a la que constantemente tenían que soplar para no embucharse de agua. Impresionaban aún más aquellos que eran donantes de pelo al caerles éste -el poco que les quedaba- hecho manojitos por todo el abrillantado cuero cabelludo de forma anárquica y desenfadada. ¡¡Madre mía de los Dolores, qué estampa!!

No contento con la caladura, el cabo de los Verdes -ojo, que no tiene nada que ver con Greenpace ni nada por el estilo-, un encantador gamberro antisistema vestido de romano, decide continuar calle Corredera abajo ante el desconcierto y los juramentos en arameo del capitán, que, chorreando como todos, termina por seguirlo. Total, si ya más no podían empaparse. Otro paseíllo completo por toda la carrera acabó de poner en remojo hasta los más inconfesables pensamientos. ¿Punto final?

Un mes estuvo subiendo el capitán con algunos de sus allegados al antiguo Arca intentando secar los trajes y demás elementos. Menos mal que, por lo menos, se quedaron relucientes para otra década.- lo dicho, siempre hay que buscar el lado positivo-. Por hoy es todo. Otro día más lluvia, así que, si no queréis mojaros, traeros un paraguas. Saludos.



P.S. Como hoy es el día del Corpus Christi, uno de los Jueves del año que brilla más que el sol, no quisiera revestirme de Gafancio, pero os recuerdo que hace pocos años nos cayó una tromba de agua bajando la cuesta Santo Cristo -este sitio parece predestinado- que para qué. Nosotros corrimos con el guión a cuestas, pero el agua más. Así que confianzas las justas. Es broma.Ya veréis como no llueve.

martes, 21 de junio de 2011

Fotos para recordar







Aquí os dejo una primera entrega de fotos antiguas, que a todos nos agrada contemplar y comparar con el presente. Os animo a todos los que tengáis algunas fotos como estas, enviarlas al correo, y serán publicadas. El verano es muy largo y el blog necesita estar vivo hermanos.............

viernes, 17 de junio de 2011

Alados

Anda que también es lunes hoy. Como no me habéis dicho nada sobre si os han gustado los angelitos que os colgué - sus fotos- el otro día y como quiera que se me ha pasado un poco el perrerón que me entró en cuanto les ví sus caritas, aquí os dejo la serie de fotos completa que me envió nuestro Albacea.

Como decíamos el otro día, son obra todos del imaginero cordobés Romero Zafra, del que dicen los entendidos -últimamente los hay a cientos- que va a pasar a la historia como uno de los mejores y más prolíficos autores de estos tiempos azarosos que nos están tocando vivir. No hay más que ver la imagen de Nuestro Señor Resucitado de Pozoblanco para reafirmar cuanto dicen. Supongo que muchos la conoceréis, faltaría más, pero para los que no, os recomiendo que entréis en su web de la que no os pongo el enlace por tres razones principales, destacando por encima de todas ellas, como con las campanas, que servidor todavía no sabe hacer esas cosas ni ganas que tiene de aprender. Así que echad mano de San Google y asunto arreglado.

Vamos pues a lo nuestro. Dos series de fotos. La primera como podéis observar es de unos ángeles gloriosos que van en el paso de la Virgen del Carmen de Córdoba, del cual os puse el otro día dos fotos panorámicas. Éstas son más cercanas.


Mofletudo alado de espaldas


El mismo de antes retratado de frente con el escapulario de la Ordo Fratum Beatissimae Mariae Virginis de Monte Carmelo

Idem anterior girada la postura

Su hermano de enfrente

Por lo que respecta a esta otra serie, tengo que confesar, como antes he dicho, que han supuesto para mí una auténtica debilidad. Me contaba nuestro Albacea que se los encontró en el Museo Salzillo de Murcia y le extrañó que fueran de nuestro paisano. Les hizo fotos y hace pocos días, a raíz del tema de nuestros proyectos, las recordó. Presto entró en la web antes reseñada donde volvió a toparse con sus angelicales rostros. Miradlos bien y decidme si no veis en ellos dolor, impotencia, amargura, desazón, tristeza, nostalgia, melancolía, ausencia... todo ello envuelto de ternura y rebozado de amor, todo ello mostrado con esa delicadeza que desemboca suspiro, con esa devoción que no es sino el más limpio de los sentimientos. Impresionante. Yo no entiendo mucho, así que a lo mejor me tiro a una piscina que no tiene agua y luego los expertos en imágenes me regañan, pero yo los veo como auténticas obras de arte. Perdonadme si me excedo en mis indocumentadas apreciaciones. Sensu contrario, ruego comuniquéis sitio y hora. Al amanecer siempre ha sido tradicional.


Ambos dos

El hermano de mi pocholo preferido de espaldas

Ahora de frente

Cuerpo entero de mi dilecto

¡¡Tachán!!, aquí lo tenéis de nuevo. Mua, mua, mua... (semejad múltiples ósculos en ambos mofletes)


Por hoy nada más, que llevamos una semana más que prolífica. Saludos cofrades para todos.

P.S. Pues no llevo días preguntándome si el perrerón que tienen estas criaturitas no será también provocado por la desatrosa temporada que han hecho los Lakers, con Gasol y Kobe Bryant medio peleados y la falta de un center que cierre de una vez el rebote defensivo. No sé, no sé, pero podría ser. Los carmelitas no lloran tanto, porque como son de los Clippers están más acostumbrados a perder. Como siempre, es broma.

miércoles, 15 de junio de 2011

Proyectos en marcha

Se acumula el trabajo, así que dejaremos para mejor ocasión los temas pluviales. Como ya comentamos el otro día, en el último Cabildo estuvimos analizando algunos nuevos proyectos que pudieran adaptarse a nuestra maltrecha situación económica y que, a la vez, fueran paliando algunas carencias estéticas y funcionales en nuestros distintos pasos.

Por lo que respecta al del Huerto y debido a la falta de luz que sufre el espacio que hay entre la imagen del Señor y la del Ángel, se estuvieron barajando varias alternativas, optándose al final por rechazar la idea de unos pequeños candelabros de tulipas guardabrisas a juego con los ya existentes y sustituirlas por las imágenes de unos arcángeles a los que habría que situar en sus manos- aunque no aparezcan en las fotos, al igual que las alas, os aseguro que las tendrán- una artística fuente de luz – hermoso farol, tintineante cirial…-. Estos son, y como podéis observar se encuentran todavía en un estado primigenio de realización. Miden entre treinta y cuarenta centímetros y a que no sabéis dónde están. Pues sí, en el taller de los Valverde. ¡Ah, qué tiempos! ¡Lo que hubiera disfrutado la fugaz y breve Meritocrática intentando no romperles las alitas o los deditos en los montajes!





En cuanto al paso de la Virgen de los Dolores pretendíamos buscar el efecto que veis en las dos siguientes fotos, o sea, eliminar los centros de flores de las esquinas- en principio delanteras y en cuanto se pueda en las cuatro- y situar en ellas alguna imagen como éstas:






Así pues, entregados totalmente a la causa nuestro Albacea y nuestro Artista, concluyeron en que podía servir para la misma las imágenes de estos angelitos vestidos- luego explicaré por qué en mi opinión han de ir así - y que tendrán una altura de unos cuarenta centímetros. Para que os vayáis formando una idea os dejo algunas fotos de los mismos. Éstas son:






Bueno, pues ya iremos viendo cómo va quedando todo. De cualquier forma, como os decía con anterioridad, particularmente prefiero que los angelitos vayan vestidos no por una cuestión de pudor ni nada parecido, sino porque imaginaros que hacemos unos semejantes a éste de la siguiente foto -realizado por Romero Zafra y que encontró nuestro Albacea en un museo de la ciudad de Murcia- con su carita de pocholongo y sus lagrimitas surcando sus sonrojadas mejillas. Imaginaros ahora el paso de los Dolores entrando en la calle Concepción, cuando comienza a sonar Amarguras y el palio se aprisiona en la estrechura. Imaginaros la escena y decidme, si delante lleva dos angelitos como el de la foto, cómo nos apañaríamos la cantidad de poetas -tanto precoces como tardíos- y prosistas varios que emborronamos cuartillas en este bendito pueblo para poder expresar la indescriptible emoción que nos embarga ante tan sublime escena. Ya digo, haría falta una cohorte de artistas literarios. Así que vestidos y un poco más delgados, por favor -mirad qué cara y qué cuerpo, con sus tenacitas en su manita y decidme si llevo o no razón-.




Por hoy, eso es todo amigos, como decía aquel cerdito de los dibujos animados de mi infancia - nada, que estoy sentimental-. Un saludo que se me están saltando las lágrimas como al angelito. Snif, Snif.... ¡Qué perrerón estoy pillando... !

P.S. Tengo más fotos del angelito de arriba y de un hermano suyo. En cuanto supere la tristeza, si queréis, os las cuelgo.

lunes, 13 de junio de 2011

Dos nuevos enseres










Dice un viejo aserto que nadie quiere sus cosas porque sean las mejores, sino, simplemente, porque son suyas. Dice otro que la verdadera grandeza sólo se encuentra en las pequeñas, en las más cercanas, en las que nos hacen realmente felices. Para todos aquellos que siguen teniendo ambas definiciones siempre presentes, para todos aquellos que se siguen alegrando y enorgulleciendo con las nuestras, aquí os adjunto unas fotos de un reclinatorio y de un atril que, como sabéis, se están realizando en el taller de nuestros artistas de cabecera D. Andrés y D. Manuel Valverde, padre e hijo, hijo y padre, a los que, en todos los tiempos litúrgicos y especialmente en éste de Pentecostés, otorga el Espíritu Santo ese magnífico don con el que seguir fabricando auténticas obras de arte.

Deciros que el boceto original del reclinatorio es obra de nuestro Párroco y Consiliario D. Ignacio Sierra Quirós, y que está inspirado en... aquí lo dejo, porque a los más capillitas no les será difícil buscar la correspondencia con unas piezas que estamos hartos de ver y que espero sepáis decirme cuáles son. Otro detalle que podréis observar es que ambas llevan grabado el nombre de nuestra querida Institución. Ya sabéis, y si no yo os lo digo, que en tiempos no tan lejanos nuestros ancestros cofrades acostumbraban a pintar de verde todo lo que caía en sus manos como símbolo identificativo de la entera propiedad. Últimamente, y en vista de que a la nueva y pujante Alianza de Civilizaciones seguimos aportando más enseres que nadie, hemos decidido ir marcando nuestras cosas no vaya a ser que cuando, accidental o intencionadamente, cambien de sitio alguien pueda reclamar imposibles derechos. Es broma, pero no me digáis que no queda bonito. En fin, os dejo con las fotos que, como siempre, han sido aportadas por nuestro Albacea Mayor D. José Carlos Navajas Fuentes, el cual, y para vuestra información, ya se encuentra preparando material para los próximos proyectos que se aprobaron en el último Cabildo -Hacienda, auque seamos todos, puede esperar-. Ya iremos dando cumplida información. Un saludo.

P.S. El reclinatorio servirá para la Capilla y para que los nuevos hermanos del Turno de Mayores que se vayan queriendo unir a nosotros cada Dominica de Pasión presten el correspondiente juramento. En cuanto al atril, su función principal será la de permanente soporte para el nuevo Libro de Reglas que gentilmente nos ha donado como recuerdo de su mandato 2010-2011 nuestro hermano en Cristo D. Alfonso García de Dios Urbano.

miércoles, 1 de junio de 2011

Anécdotas lluviosas (I)

Abundando en el tema de la lluvia, ya que últimamente está de moda y como quiera que uno se está poniendo muy mayor para andar lamentando el infortunio de forma más o menos poética, dejo atrás sentimentales reflexiones y vuelvo más prosaico mi discurso para relataros algunas anécdotas que he ido refrescando en mi mente desde el día que colgó nuestro blogger michelna algunas fotos de este pasado Jueves Santo. Creo que conviene compartirlas porque, a fin de cuentas, no dejan de ser sino pequeños eslabones de la inacabable cadena que conforma la intrahistoria de nuestra querida Hermandad. Así pues, y sin remontarnos muy atrás en el tiempo, vamos a comenzar este lluvioso repaso de los últimos treinta y tantos años porque seguro que muchos no sabíais que:


- En 1980 una copiosa tromba de agua sorprendió al desfile procesional del Jueves Santo entre la calle Ancha y el Llano de Jesús. Calmada la furia de los cielos, y ya con toda la procesión bien empapada, se decidió proseguir. Un lamentable incidente entre la escuadra de romanos que escoltaban a la Vera Cruz y el conductor de un vehículo a la altura de la esquina de la Torrecilla con la calle Alta, provocó una considerable trifulca en la que no hubo que lamentar más desgracias personales que un arañazo cercano a la nariz en uno de los aguerridos soldados, y un hachón roto y una patilla doblada de un casco en el apartado de daños materiales. Decir que ambas víctimas colaterales fueron posteriormente reparadas y siguen prestando servicio hasta nuestros días. El rasguño creo que fue curado con una tirita y un desinfectante-cicatrizante de uso común, no requiriendo hospitalización. Lo que no pudo evitar el equipo jurídico habitual de aquella época fue el arresto domiciliario al que, durante un tiempo, tuvieron que someterse algunos de nuestros heroicos romanos. Digo yo que menos mal que era Jueves Santo, día del Amor fraterno, que si no hubieran temblado los cimientos de la cristiandad.


- En 1981, el Miércoles Santo, con el nuevo paso del Santísimo Cristo de la Buena Muerte listo para ser estrenado, el ansia viva y los hombros preparados, a la hora de salir comenzó a llover como no lo había hecho en meses ( aquel año hubo una pertinaz sequía durante todo el otoño y el invierno). Una reunión de la Junta de Gobierno (todavía no se llamaba Cabildo de Aguas) decidió esperar un poco a ver si escampaba. Una segunda reunión suspendió definitivamente el desfile. Nada hubiera tenido de particular el hecho si no fuera por la irreductible insistencia del Hermano Mayor en pos de hacer la Estación de Penitencia a pesar de la intensa lluvia, que según su particular criterio eran cuatro gotas. El párroco de aquella época, muy al contrario, abogaba, contra viento y marea -nunca mejor dicho-, por resguardar la Bendita Imagen, que como sabéis es propiedad de la Iglesia, y que, según los rumores que circularon por aquellos años, algún experto había afirmado como obra de algún famoso imaginero. Menos mal que el, aparentemente, irreconciliable desencuentro duró menos que la lluvia. Aún caía abundantemente cuando nos consolábamos en el Cuartelillo de la calle Caridad mientras el Hermano Mayor de aquel año seguía insistiendo en que teníamos que haber salido. Sí señor, como los gitanos. Sin plástico y a pelo.


Ahí quedo. El próximo día más. 1985, 1998, 2004… Saludos lluviosos.